1. orden
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.
Aquí está todo en orden.
Este es el orden del día definitivo para la reunión del 16 de junio.
Es una orden.
¿Puedo tomar su orden?
Todo está en orden en la casa.
El cerdo hormiguero es el único representante en su orden.
Está poniendo en orden las cosas en su cuarto.
Ellos tienen orden de repatriación.
Por favor, pon en orden estos documentos.
El orden social no proviene de la naturaleza. Se basa en costumbres.
Leímos ese libro por orden.
—Las comunidades LGBT de todo el mundo te tratan de "héroe" y dicen que te tendieron una trampa —le explicó Al-Sayib—; pero las agencias del orden público te etiquetan como un asesino despiadado. ¿Cuál de los dos eres, Dima?
¡Siempre a la orden!
2. así
Hazlo así.
Esto podría llevarnos a creer que una cultura simple haría uso de un lenguaje sencillo, y que una cultura compleja usaría un lenguaje complejo, y así.
Y así los dos pequeños conejos vivieron felizmente juntos en el bosque; comiendo dientes de león, jugando a saltar las margaritas, corriendo a través de los tréboles y encontrando la bellota por todo el día.
–Lo sé –dijo Al-Sayib, cogiendo una nueva botella de Fanta–. Esto es serio. Así que, ¿por qué me llamas?
De modo que el Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios. Y aun así no son tres Dioses, sino Un Dios.
Colón era conocido por usar la técnica del "ondea-la-bandera-blanca-y-entonces-abre-fuego", así ganó muchas batallas.
La gente que ha experimentado los así llamados "sueños lúcidos" los describe a menudo como 'más real que la realidad'. También, tras despertarse de un 'sueño lúcido', describen la realidad como un 'sueño fantasioso'.
El masoquismo se llama así por el escritor alemán Leopold von Sacher-Masoch, que vivió en el siglo XIX y describió en sus libros el placer de ser maltratado por su esposa.
Y así es como Pandark se perdió en su habitación y no le volvieron a ver. Algunos dicen que murió de hambre, otros que todavía sigue errando a la búsqueda de sus CD.
—¡¿Dima?! —Al-Sayib estaba tan sorprendido que dejó caer su Fanta sobre el ordenador, arruinando así su caza de novatos— ¡¿Dima?! ¡¿Eres realmente tú?!
Ahora estás en la Ciudad Vieja, así que será mejor que vayas andando a través del Puente Carlos y después a lo largo de la Calle Mostecká hasta la Plaza Malostranské.
Cuando era pequeño solía rezar para conseguir una bici. Entonces, me di cuenta de que Dios no funciona de ese modo. Así que robé una bici y recé para conseguir el perdón.
Y así, sin más, el amigo de la infancia de Dima colgó el teléfono, dejando a Dima (como estaba antes) a 99 kopeks de su objetivo.