1. Espíritu
No tengo mucho espíritu de colaboración.
Ella parece poseída por un espíritu maligno.
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Por mi raza hablará el espíritu.
Un espíritu equilibrado en un cuerpo equilibrado.
De modo que el Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios. Y aun así no son tres Dioses, sino Un Dios.
No es necesario preguntarle a él para que uno se convenza, de corazón y espíritu, que está unido a su clase, al proletariado.
Debemos invocar a un espíritu.
Espíritu, ¿estás ahí?